EMPLEADO TÓXICO: LOS COSTOS OCULTOS QUE LA EMPRESA PAGARÁ POR MANTENERLO.

Los empresarios, gerentes o jefes han estado alguna vez en la disyuntiva de si mantener o no en su puesto de trabajo a un empleado problemático, teniendo que evaluar ¿Cuánto le costaría despedir a ese empleado? Y es allí donde podrá observar cómo los números empiezan a engrosarse, sumando cada vez más ceros a la derecha a medida que su jerarquía o antigüedad asciende en la organización.

En ese punto es donde surge el dilema: ¿Es conveniente retenerlo para ahorrarse el dinero y no dar una imagen de debilidad ante los otros empleados, o desvincularlo y asumirlo como una inversión? Para dar solución a esta pregunta, conoceremos lo algunos costos ocultos que surgen al mantener un empleado tóxico:

Desmotivación y Percepción de injusticia:  Este punto es una de las principales causas de bajo rendimiento, rotación o ausentismo en los empleados, ya que se basa en una percepción negativa en la que los empleados sienten que la organización trata a todos por igual, donde los mejores no son premiados y los nocivos no reciben ninguna sanción, lo que genera que el rendimiento laboral comience a emparejarse pero hacia abajo.

Daño en la comunicación organizacional: El colaborador tóxico puede generar grupos dentro de la corporación donde puede generar rumores, chismes, circulación de informaciones falsas y ocultamiento de datos clave, creando un ambiente hostil en la organización.

Sobrecarga de actividades en los jefes o en colaboradores valiosos: Como es evidente todos cumplen una función, sin embargo, al presentarse la ausencia de esfuerzo (desmotivación) por parte de algunos, esta será suplida inmediatamente por otros, ya sea el jefe o los propios compañeros, lo que a corto o mediano plazo, sumaremos otro problema: empleados valiosos estresados.

Posible pérdida de clientes: Muchas veces este punto no es tomado muy en cuenta por parte de los empresarios, sin embargo, es un factor clave, ya que, si analizamos el impacto que podría llegar a causar en sus clientes los errores, omisiones, desvíos, malas atenciones, la mala preparación de un pedido, errores de cálculo en la facturación, la falta de respuesta ante un problema concreto, todo ello y otros puntos más, puede tener la fuerza suficiente para hacernos perder un cliente.

Teniendo en cuenta todos estos puntos, podemos concluir que, siempre termina siendo mucho mejor una cirugía a tiempo que muchos analgésicos juntos.

 

Fuente: Altonivel